Nos pusimos a ver un poco la tele, al rato Harry y Niall subieron a sus habitaciones por culpa del sueño. Al cabo de media hora, subieron el resto excepto Liam, que subió de último.
-Me voy chicas, dormid bien.
-Buenas noches Liam.
Dijo Anne.
Liam se fue, no sin antes guiñarme un ojo. Anne y yo seguimos viendo la tele, hasta que se quedó dormida. Lentamente la tapé con las mantas y apagué la televisión. Miré la hora. 2:45. Cogí una manta y salí a la terraza. No había nadie, así que me senté en la hierba. Esperé 5, 10, 15 minutos y él no llegaba. Me puse en pie para salir, cuando sentí unas manos abrazarme por atrás.
-Ya te ibas rubia?
-Liam, deja de susurrarme..
-Por qué?
-Por que haces que me ruborice..
-Me encanta verte roja, pareces un tomatito.
Giré lentamente y quedé a centímetros suyas, otra vez. Me atrajo más hacia él y subió una de sus manos hacia mi pelo, para acariciarlo lentamente. Yo entrelacé mis manos detrás de su cuello. Poco a poco estábamos más cerca, y cuando creí que iba a cortar la distancia, desvió su cara hacia mi cuello, dándome un pequeño beso.
-Todavía no Em..
Susurró en mi oído.
-Por qué lo haces tan difícil Liam?
-Quiero que veas algo. Sígueme.
Puso un paño en mis ojos y me cogió de la mano. Comenzó a guiarme y en un momento me soltó de la mano.
-Quédate aquí, voy a por algo.
Al rato volvió a cogerme de la mano, y ésta vez sentí como me giraba hacia él y cogía mi cara entre sus dos manos.
-Ahora si, rubia.
Sentí una presión en mis labios. Era él. Por fin acorto la distancia que había entre nosotros.
Esta vez, entrelacé mis brazos alrededor de su cintura mientras nuestros labios se abrían y se cerraban. Eran suaves, y me besaba con delicadeza, como si fuese de cristal y me rompiese en cualquier momento. Poco a poco noté como quería profundizar el beso, y yo le dejé. Una de sus manos desató el pañuelo que yo tenía en mis ojos y poco a poco se separó de mi. Abrí los ojos y allí estaba él con una amplia sonrisa en su cara.
-Date la vuelta.
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